La Psiquiatría

  



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La psiquiatría como ciencia que estudia los trastornos del comportamiento humano se ha desarrollado desde la milenaria erudición de la tradición médica. Desde esta práctica el diagnóstico y la evaluación fueron sus ejes principales en el encuentro médico-paciente. Esta valoración clínica consistió en poder precisar lo mejor posible la clasificación diagnostica del trastorno que un psiquiatra evaluaría dentro de su campo de acción, como médico y como psiquíatra, y consecuentemente una elección de los métodos de tratamiento que más se adecuen a las necesidades del enfermo. Pero según la psiquiatría (Kaplan y Sadock, 1999) habría una valoración suplementaria que implicaría la exploración de aspectos de la personalidad del paciente y de su psicología profunda. En consecuencia, además de los criterios de «síntomas», como por ejemplo: alucinaciones o delirios, también corre a cargo de esta disciplina la detección de posibles desviaciones de las funciones cognoscitivas, afectivas, como también evaluar la relación del paciente en su medio familiar-social, y en qué grado el paciente es capaz de satisfacer sus necesidades en su vida diaria.
Actualmente, desde los avances de la psiquiatría en el entendimiento de sus enfermos existe un sistema integrado del área de funcionamiento de los pacientes en el modelo biopsicosocial para explicar los motivos de la enfermedad.  Por tanto a pasado muchos años para que esta ciencia haya podido acumular datos y registros, recopilación y anotaciones de observaciones de hechos diversos, y la posterior clasificación de estos datos para intentar encontrar las relaciones de los hechos entre sí, y me estoy refiriendo que desde el siglo diecinueve se está haciendo estos esfuerzos interpretativos de las realidades clínicas que aparecen en consulta, muchas de éstas coexistiendo durante largos períodos de tiempo en los manuales de psiquiatría y en las diversas escuelas cuyas diferencias son múltiples y a veces muy acusadas, porque la influencia de otras disciplinas paralelas al estudio del comportamiento humano han sido enormemente fecundas para la psiquiatría, como por ejemplo en la psiquiatría antropológica, la psiquiatría existencial, dialéctica, social, conductista, biológica, etc. etc. etc.[1]. Todas ellas son concepciones (o tendencias) psiquiátricas  con distintas interpretaciones de la enfermedad (en su visión parcial de la realidad que nos ofrece la clínica cotidiana) que no consiguen realizar una síntesis y una unificación integradora para que cualquier ciencia esté ya definitivamente constituida. 
De todas formas, adentrándonos aún más en el trajín de esta explicación de lo que entiendo por psiquiatría,  añadiría que ésta se ocupa del estudio y la terapéutica de los trastornos psíquicos. Volvemos a recordar, que tanto las premisas, las hipótesis de trabajo, y la metodología utilizada (su ejercicio práctico, su praxis ordinaria; sus bases teóricas) emanan de la milenaria instrucción de la tradición médica. La investigación, la prevención y la curación de las enfermedades psíquicas son objetivos fundamentales de esta disciplina. Y hemos dicho que las manifestaciones clínicas de los trastornos psíquicos tienen una descriptiva más depurada examinando la interacción compleja de fuerzas biológicas, psicológicas y socioculturales, y añadiríamos también de un fallo en el proceso de adaptación, aunque este sería un punto de vista más psicodinámica que todo psiquiatra podría implementar.
¡Una ciencia joven en continua evolución!  

Hablando de juventud, me gustaría terminar este artículo describiendo ligeramente lo que entendemos por psiquiatría infantil. Desde una reseña histórica, a diferencia de la psiquiatría del adulto, los precursores de esta especialidad lo procuraron pedagogos y educadores, en un segundo momento siguieron las colaboraciones de los médicos o médicos pedagogos, y un tercer impulso fue la llegada del siglo XX. Entonces, desde estas experiencias pedagógicas y educativas nos remontamos a la época de Ponce de León, monje benedictino que allá por el siglo XVI dio los primos pasos para la educación de los sordomudos. De este primer deponente cogió el testigo pedagogos y educadores ilustres como Itard, Pereire, Pestalozzi o Seguin. Los métodos pedagógicos y su significado teórico que aportaron estos hombres célebres continúan siendo válidos en nuestros días. Posteriormente llegaron las colaboraciones medicopedagógicas, de la mano de psiquiatras como Esquirol,  Bourneville o Claparède para la reeducación de las deficiencias sensoriales y del retraso mental. Posteriormente, con la llegada de Alfred Binet y Theodore Simon llegan las escalas intelectuales (la medición del C.I.)... A partir de entonces la neuropsiquiatría infantil entra en un constante desarrollo.   
Con la llegada del siglo XX, continúan desarrollándose los trabajos psicométricos,  las tendencias psicodinámica (con S. Freud) y el valor de la higiene mental (Beers). Los juristas siguen esta orientación y crean tribunales especiales de menores. En la tercera década del siglo XX se fundan los primeros centros de orientación infantil dirigida por médicos, psicólogos y asistentes sociales que trabajan en equipo. Por otra parte, los educadores, junto con psicólogos y psiquíatras, definen métodos educativos apropiados para cambios de conducta infantil en niños con retraso intelectual. Por estas fechas se organizan las primeras agrupaciones de padres y alumnos. Y de este contacto con las familias, los alumnos y los educadores nace una mejor comprensión de las dificultades del niño en el marco familiar y escolar. En la cuarta década comienzan a generalizarse los métodos de psicoterapia para trabajar directamente con el niño, en especial la terapia basada en la interpretación de los juegos.
La psiquiatría infantil se aparta de la psiquiatría del adulto como de la pediatría, aunque mantiene sus bases generales con la medicina,  celebrándose en 1937 el Primer Congreso Internacional de Psiquiatría Infantil, en Paris. El aumento de los conocimientos bioquímicos y cromosómicos ha sido incluido en los tratamientos de psiquiatría infantil, así como la terapia medicamentosa hallaron grandes progresos en esta especialidad. En la psiquiatría infantil se entrecruzan diversas disciplinas: pediatría, psiquiatría general, neurología, psicología, etología, pedagogía y sociología, valiéndose  de todas ellas o de una ciencia concreta.  

David Norberto Gascón Razé. Psicólogo en Madrid  
Tel: 636 55 45 62 
Email: dnd.gascon@cop.es
Página Web: http://www.psicologaenmadridarganzuela.com



[1] Sin olvidarnos el otro lado de la moneda, donde la psiquiatría interesa a un gran número de personas ajenos a esta disciplina, como a sociólogos, psicólogos, pedagogos, filósofos, historiadores… y público culto en general.

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