Drogodependencia
Hola a tod@s
Hoy me gustaría hablaros sobre la drogodependencia.
También es una problemática para la salud pública que implica a muchos
profesionales de muy diferentes ámbitos de la sanidad, pública o privada.
Para empezar
nuestra exposición de los hechos, tiraremos de manual para decir que la drogodependencia, la drogadicción o la farmacodependencia son todos conceptos
que hacen referencia a la adicción o adhesión generada por la exposición o consumo repetidas
veces a una sustancia psicoactiva, droga o sustancia adictiva
muy peligrosa para nuestra salud mental y física. En este aviso de peligro
que hacemos incluimos también la dependencia
del alcohol y de otras sustancias afines que posee un fuerte tirón
físico y un comprometido contenido psicológico como la de una necesidad
de consumir dosis repetidas de la sustancia para encontrarse bien o para no
sentirse mal. Lo podríamos entender como una forma de luchar (o rendirse)
contra los albures de las emociones, la contingencias de nuestro grupo social
de pertenencia o la inestabilidad en nuestras relaciones de pareja o
matrimoniales. Así pues, la drogodependencia es solo uno de los dos tipos
existentes de adicciones.
Por tanto,
todas estas afecciones tóxicas provocan alteraciones somáticas importantes, con
una gran “sobredosis” de angustia, por el hecho de que la persona adicta repite
compulsivamente o coercitivamente eso que le mata. Y como es una angustia
invasora porque no se puede evitar la «señal de peligro» que nuestro organismo
emite inevitablemente por su instinto de autoconservación al encontrarse en
alarma máxima por el tóxico agresor dentro nuestro.
A partir de
aquí, el enfermo presencia impotente, (muchas veces sin tener conciencia de
ello), un patrón des-adaptativo por el consumo que incluye este malestar
emocional y físico que hemos descrito, junto con una especie de tolerancia en el tiempo a la sustancia, un síndrome de abstinencia si se interrumpe el
suministro, y un consumo cada vez mayor y durante más tiempo que deja fuera de
control a la persona. Lo más angustiante para el enfermo es presenciar su drama
personal donde continúa consumiendo a pesar de tener conciencia de lo mortal o
mortífero de dicho consorcio.
Ante tamaño
adversario, molinos de viento. La persona lucha fútilmente, podríamos
interpretar la enfermedad como parte de esa lucha, pero también hay unos
“enemigos” de síntomas psicológicos engañosos, como por ejemplo el pasar por
personas seductoras, tener conductas sociales atractivas pero perversas, y
“rituales de diversión nocturna” de riesgo considerable. Pero si todo esto es
ficticio, es por una fachada de normalidad disuasoria que proyectan como un
pantallazo ante este drama existencial que viven los enfermos drogadictos, como
si fuera su película de ciencia ficción. Por tanto, desde este pantallazo de
normalidad nosotros también incluiríamos en estos procesos tóxicos a la
bulimia, la anorexia o la tendencia a accidentarse (especialmente desde los
aspectos de la idiosincrasia masoquista, grosso
modo: cuanto más cansado estoy, más trabajo. Cuanto más hambre tengo, menos
como), y por último la ingesta de pastillas o de medicamentos que nuestro
médico no prescribió.
Las causas para
la drogadicción son diferentes según dónde miremos si es el plano personal,
familiar, social, laboral u otros, todos van sumando y cruzándose en conjunto,
arraigando más el conflicto. Sea cual sea la dependencia de un adicto, sea cual
sea el tipo de sustancia que consume, existen terapias de desintoxicación seguros.
Éstas deben ser acompañadas por supervisión médica y tratamiento, buscando
resolver además desde una psicoterapia, los puntos que atañen a la enfermedad
mental o de algún tipo de patología
mental asociada a este conflicto.
Hoy en día el
uso de sustancias psicoadictivas representa un grave problema de salud pública,
muchas veces considerado un delito contra la salud pública, si hay de por medio
incumplimiento de la ley. No se ha de olvidar que el paciente es un ser humano
con distintas vivencias y necesidades, por esta razón lo ideal en los
tratamientos sería llevar una combinación de métodos terapéuticos que se
ofertan en los centros de rehabilitación, como las Unidades de Desintoxicación
Hospitalaria, los Ambulatorios, los Centros de Día, los Grupos de Autoayuda,
Vivienda de Apoyo al Tratamiento, Vivienda de Reinserción, y una psicoterapia a
nivel personal. Es importante tomar en cuenta que cada paciente tiene un tiempo
de recuperación, la función primordial de los centros es la reinserción social
del paciente en un entorno y ambiente saludable. La función primordial de la
psicoterapia será mejorar la calidad de vida, disminuyendo los síntomas y la
morbilidad, mejorando la autoestima, modificando las relaciones
interpersonales, favoreciendo la autonomía, etc. Como ya habíamos dicho en
nuestro anterior artículo titulado Psicología Forense: Acoso escolar, publicado
en este blog, distinguimos tres niveles
de actuación terapéutica:
- Primaria: preventiva es cuando se trata el problema antes de que aparezca.
- Secundaria: se trata cuando la actuación primaria no ha funcionado y antes de la fase de dependencia.
- Terciaria: se trata cuando el cuadro de cronicidad ya ha aparecido.
También cabe añadir el incremento,
en la actualidad, del consumo de drogas en los jóvenes, por lo que la
intervención de los colegios es fundamental para prevenir estos problemas.
Consideramos que también a los colegios compete asumir y abordar estos
problemas para intentar disminuir las drogas que muchas veces consumen en los
mismos colegios. Aquí el abuso con drogas comienza por
un contacto experimental y lúdico, también por presión grupal, para acercarse
al “mundo de los mayores”. A nivel intrapsíquico por una huida de los problemas,
para adaptarse e integrarse en su pandilla, pero después vendrá la adicción y un consumo
habitual y, por último, la cronicidad y un consumo dependiente. Hay que prevenir
malos entendidos entre el alumnado, ya que la población estudiantil estiman como
sustancias peligrosas o adictivas la cocaína, heroína, speed, etc., pero dentro de la clasificación de
drogas bajas también puede causar estos efectos el cannabis, el alcohol o el
tabaco. Por eso los colegiales deben de
ser orientados suficientemente bien en habilidades sociales sanas, como: mejorar
la comunicación interna en la clase, también entre los familiares y los grupos
de iguales (la pandilla que hemos dicho antes). Es fundamental que se aprenda a
decir no, de esta manera se conseguirá reforzar la autoestima sin miedo a
perder “prestigio social”. Todo esto les servirá de gran apoyo a la hora de
saber valorar la importancia de su salud.
Ya para terminar, decir que las
toxicomanías (otro término que define esta área de comportamiento patológico)
forman parte, según mi opinión y a grandes rasgos, en los trastornos del
carácter como los trastornos de
personalidad, psicopatía o perversiones sexuales. Recordemos que por un lado
tenemos la dependencia física (la adicción: en opiáceos, anfetaminas,
barbitúricos y alcohol) y que por el otro lado hay una dependencia psíquica (en
especial las psicótropas, por una intoxicación crónica por muchas drogas). Este
último se caracteriza por el impulso a tomar drogas con el fin de obtener el
placer para eliminar un estado de malestar. El abordaje en psicoterapia es
fundamental a la hora de ir trabajando los mecanismos mentales de la vida
psíquica de estos pacientes.
David
Norberto Gascón Razé.
Psicólogo en Madrid
Psicólogo en Madrid
Tel: 636 55 45 62
Email: dnd.gascon@cop.es
Página Web: http://www.psicologaenmadridarganzuela.com
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