Confidencialidad/Diagnóstico
De
nuevo, ¡hola a tod@s!
Hoy me gustaría hablaros de los diagnósticos en psicología o
en psiquiatría. Para la mayoría de la gente los diagnósticos son una manera de
hablar de los problemas que tenemos, problemas mentales en la mayoría de los
casos pero muchas veces hacemos un mal uso de nuestra herramienta. En
principio, emerge con el nacimiento de las profesiones de la salud mental,
clásicamente la psiquiatría y la psicología. Tampoco sé en qué momento se pudo
haber dicho que los diagnósticos pueden tener un uso a pie de calle; pero en mi
opinión profesional, tal uso es incorrecto y perjudicial porque no debe usarse
de manera agresiva o para insultar a otras personas: en peleas, discusiones o
cualquier otra contienda entre amigos, familiares o compañeros de trabajo. Es
una manera perjudicial de utilizar dicha herramienta.
Para los psicólogos, el uso correcto del diagnóstico está
explicado en nuestra deontología profesional; esto es que más que recibir una
información por parte del paciente sería un material para el trabajo en sesión,
y dicho «material» sería lo que “nos informa” sobre el mundo interno del paciente
para trabajar con él desde esta necesaria intimidad. Y repetimos, siempre
disponiendo de estas herramientas desde el principio de la discreción, por la
«potestad de la compostura que nos personaliza como individuos únicos» en nuestro
carácter y personalidad, y porque es una manera de ser propia de la naturaleza
mental de toda persona. De esto que hemos llamado la necesidad emocional de la
intimidad, y porque guardar esto en silencio y confidencialidad es una manera
protectora, guardiana de nuestra salud,
y por supuesto de nuestro marco de trabajo.
Otro aspecto negativo a tener en cuenta es el que se puede
generar desde las fantasías alrededor del contexto de diagnóstico. En el
sentido de que el terapeuta pudiera conocer los más profundos secretos de la
mente del paciente, las causas de sus dificultades así como la manera de resolverlos; y que en un momento
determinado se encontrase una solución a todos sus males. Esto puede hacer
pensar en una curación rápida y sin
esfuerzo. De todas estas expectativas a priori que pueden llegar a invadir la
relación de trabajo terapéutica hallaremos muchos mal entendidos, como por
ejemplo pensar que los diagnósticos dicen literalmente todo de una persona;
pero en realidad son todo lo contrario, son más o menos orientaciones para que podamos
pensar dentro de nuestro marco de trabajo. Por otra parte también podemos
sentir miedo al conocer nuestro diagnóstico aunque el terapeuta pretende todo
lo contrario. Los problemas que podemos sufrir son un conocimiento de la
experiencia, y no de un marco teórico referencial y general para todos. Desde
mi punto de vista, tampoco los diagnósticos son una herramienta para dar
comienzo a un tratamiento porque si nos hallamos inmersos en un océano de
emociones, y si muchas de estas emociones son contradictorias, el diagnóstico
no nos va a servir como instrumento de trabajo. ¿Y si el diagnóstico dice poco
para la persona que consulta?, los psicólogos tenemos que aprender y estudiar
en nuestra formación qué es lo que se dice en un diagnóstico. Me parece mucho
más útil para la labor terapéutica que el paciente comprenda su propio interior
para poder tener la oportunidad de explicar lo que le produce angustia,
ansiedad o cualquier otra perturbación emocional que tenga. Yo prefiero
evitarlo en lo posible, ya que pone en juego el precario equilibrio de la
autoestima; sin embargo como psicólogo forense es una práctica bastante
generalizada administrar pruebas psicodiagnósticas. Estos son marcos diferentes
de actuación para un psicólogo ya que en la psicoterapia trabajamos para el
paciente y como psicólogo forense se trabaja para los juzgados. En una
psicoterapia somos guardianes de la privacidad personal del paciente y del libre
desarrollo de su pensamiento mientras que en psicología forense los problemas
se hacen “públicos”, o dicho de otro modo, en el foro jurídico participarán
varios profesionales como abogados, procuradores o jueces. Son dos contextos distintos de funcionamiento.
David
Norberto Gascón Razé. Psicólogo en Madrid
Tel: 636 55 45 62
Email: dnd.gascon@cop.es
Página Web: http://www.psicologaenmadridarganzuela.com
Email: dnd.gascon@cop.es
Página Web: http://www.psicologaenmadridarganzuela.com
Comentarios
Publicar un comentario