Personalidad/Carácter





Hola a tod@s:

Hoy me gustaría departir con vosotros entorno a la personalidad. En mi opinión, la personalidad tiene que ver con el carácter de la persona y viceversa. Por tanto, me gustaría comenzar definiendo qué entendemos en psicología por carácter. Tenemos dos partes  en este concepto, uno es el de carácter normal y el otro es el carácter patológico.

Empezamos definiendo el carácter normal de una persona echando mano del diccionario, y leemos lo siguiente: «del latín: “character”, hierro de marcar», luego le sigue como unas diez acepciones a esta palabra, y vamos a elegir para citar la octava y la novena acepción (según el Diccionario María Moliner) en donde nos dice que «es la manera de ser de una persona, con referencia a su actitud y reacciones frente a la vida en general y en su trato con otras », «es la cualidad de la persona que se mantiene firme en su línea de conducta y es capaz de dirigir a otros». También habla de carácter para referirse a una especie de energía, entereza, firmeza, empuje, tesón o voluntad. Y con respecto al término personalidad, sería la décima acepción, nos dice el diccionario: «conjunto de rasgos bien definidos en la manera de ser o de actuar de alguien, particularmente un artista o en su estilo».
Particularmente esto último no me queda muy claro, pero en conjunto el diccionario trata de definir desde la gramática qué es el carácter, nada se menciona con respeto a la psicología ni a su posible cualidad psicopatológica.

Por tanto, desde la psicología podríamos definir el carácter como un patrón característico de comportamiento, actitudes, ideas, motivaciones y emociones que definen a una persona a lo largo del tiempo y a través de distintas situaciones, otorgándole cierta estabilidad en su presencia consigo mismo y con los demás. Además añadiríamos que este patrón está compuesto por rasgos, que son maneras o características específicas que describen la forma habitual de comportarse, pensar o sentir de alguien. Por lo tanto, tenemos el carácter de una persona y sus rasgos de personalidad que lo componen. Podríamos añadir, además, que estos rasgos están asentados sobre ciertos atributos físicos, que junto con la manera de pensar, sentir y de cómo hemos sido enjuiciados por los demás dará lugar al perfil de personalidad.

Hasta aquí me parece que tenemos una descripción del carácter bastante terminada para ayudarnos a entender suficientemente bien las complicaciones que afrontaremos más adelante en este artículo.

Por consiguiente podríamos añadir dentro de esta descripción del carácter normal la siguiente anotación, los rasgos de carácter no aparecen  accidentalmente ni son congénitos (por lo menos es lo que yo creo), sino que se desarrollan progresivamente, como pautas más o menos fijas y repetidas  de actitud y respuesta ante los estímulos externos e internos (subrayo esta palabra porque me parece importante remarcarla).
Con respecto a los estímulos internos, hacemos referencia a nuestros impulsos, deseos, instintos y pensamiento. Y si es una persona con carácter normal, hallará la manera adecuada de que todo esto “interno” se vaya adaptando a la realidad externa o ambiental a través de la actividad de su personalidad, donde cabrían sinónimos como temperamento, idiosincrasia o estilo habitual de proceder de su carácter. De esta manera, es por nuestro carácter que logramos unas funciones muy importantes para nuestra vida como son la organización, la integración, y otra vez la adaptación de nuestro mundo interno como la realidad exterior compartida con nuestra familia, amigos o compañeros de trabajo.

Hasta aquí podemos entender lo importante que es la presencia del carácter en nosotros, ya que tiene unos objetivos o metas a cumplir para nuestras vidas tan importantes como por ejemplo la supervivencia, la socialización o estar a gusto con nosotros mismos.
Pero si la mediación por parte de nuestro carácter  entre lo interno y lo externo fracasa, porque ponemos nuestro temple al servicio de nuestras pasiones  o nuestros impulsos instintivos (es a lo que me refería como mundo interno), entrando ya en juego nuestra orientación sexual, nuestros gustos y aficiones…,  o porque nos mimetizamos con el mundo externo como si fuéramos robots (sobreadaptación al mundo externo), llegaremos a nuestra segunda definición de carácter que son las formas patológicas de carácter que resultan poco eficientes e incómodas, y es por donde la capacidad creadora del individuo queda prisionera.

Las formas patológicas de carácter llamadas por la psicología Trastornos de Personalidad se transforman en trastorno cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo, a su vez, hay diferentes tipos de personalidades  con diferentes formas de reacciones caracterológicas que establecen una estructura patológica de carácter.
Con respecto a los tipos de personalidad nos referimos a sujetos raros, excéntricos o extravagantes, luego están los sujetos dramáticos, emotivos o inestables; y por último, los sujetos ansiosos o temerosos. En conjunto, estas clases de personalidad van repartidas entre mujeres y hombres, siendo unas más frecuentes en mujeres y otras más frecuentes en hombres. Por último, con respecto a los distintos tipos de reacciones caracterológicas nos referimos a la personalidad de tres maneras: a la personalidad  pasivo-dependiente, a la personalidad pasivo-agresiva y a la personalidad agresiva.


Entonces, cuando el carácter se trastorna, podemos empezar a hablar de alteración psíquica. Este fenómeno suele ir acompañado de ansiedades de todo tipo, y según la persona y su constitución caracterológica, esto se podría traducir o trasladar a un comportamiento anómalo, inarmónico, impulsivo o desajustado según las normas estándares de familia, sociedad, moral, ética profesional o en la vida sexual (con problemas en el funcionamiento o en la orientación sexual).
Estas alteraciones en el carácter, que como hemos dicho son de índole psíquico, nos impiden un buen funcionamiento en nuestras aptitudes y disposiciones potenciales en todos los campos en que se desenvuelve nuestra vida. También pensamos que se malogra la necesaria adaptación y desarrollo que pretendemos para nuestros afanes vitales, turbándonos por sentimientos y rasgos de carácter inadecuados en lo que podría generarnos cierta conciencia de enfermedad, y en muchas ocasiones empujarnos a la petición de ayuda profesional.   

En este momento llegamos al núcleo de la cuestión, diremos que las alteraciones de carácter son patológicas en cuanto reflejan inmadurez, desarmonía, ausencia de integración global, falta de una adecuada socialización, luego también hay una mayor complicación cuando nuestro carácter se ve desbordado por nuestro mundo interno, por nuestros propios impulsos (también de tipo sexuales, con deseo o con fantasía) y exigencias morales propias que hayan podido quedarse rezagadas con el conjunto de nuestra personalidad o con las demandas o necesidades de los otros por no haber podido evolucionar lo suficiente (me refiero a quedarnos un poco críos en nuestra mira del mundo, también a lo mejor ingenuos).
Desde este magín de nuestra conducta se distingue desde la literatura científica tres formas de personalidades: Las psicopáticas; las toxicomaníacas y por último las perversiones sexuales. 


Querría terminar todo lo dicho con la imagen de portada y las palabras de Walt Disney. A mi entender, él ha podido saber desde una perspectiva muy psicológica (aunque no haya estudiado nunca psicología) como interactúan personalidad y carácter, carácter y personalidad en esta creación que él inventó: los dibujos animados. Sus dibujos han podido llenarse de personalidad dándoles vida en la pantalla cinematográfica gracias que que Walt Disney comprendió lo necesario que es "La Personalidad", algo que los psicólogos ponemos mucha atención, es un elemento psicoafectivo muy importante, tanto si pensamos desde la normalidad o desde lo patológico: Un dibujo se "anima" dándole carácter a su persona, sino sería "algo" inanimado.

 




Y hasta aquí hemos llegado hoy, recibid un cordial saludo…


David Norberto Gascón Razé. Psicólogo en Madrid 
Tel: 636 55 45 62 
Email: dnd.gascon@cop.es
Página Web: http://www.psicologaenmadridarganzuela.com


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