Las Adopciones
Las adopciones o la
adopción en general se define como un suceso en el que circunstancialmente unas
persona adultas se hacen cargo de un niño ajeno, de una persona o hijo
diferente del amparo a la familia que le apadrinará (enfatizamos lo de "una persona"). Esta pretendida relación
paterno-filial es en base a corresponder a una demanda de un niño sin que aún
lo pudiese expresar. Esto nos lleva a una primera paradoja de por quién
miramos. Nosotros los psicólogos tenemos que tener bien en cuenta este
principio, entendiendo las motivaciones de los padres (de una mamá y de un
papá) que adoptan por motivos de un impulso biológico, tanto por ser padres
como por un impulso biológico a perpetuarse genéticamente o hereditariamente.
También podríamos tener en cuenta la aprobación de esos posibles padres con las
reglas sociales del maridaje o la institución
matrimonial en sus diferentes modalidades contemporáneas. No nos
olvidamos de lo posibles problemas de infertilidad que tanto el hombre y la mujer
modernos (en el caso de la mujer su edad, en el caso del hombre la movilidad de
sus espermatozoides) sufren por motivos de esterilidad. Aquí ya podremos tomar
en cuenta el deseo, como esa aspiración de un ideal de familia que conlleva
problemas emocionales como: intensa ansiedad, fuerte culpa, enérgica ira, tenaz
depresión (nos referimos a la depresión clínica, no a estar “depre”), o en el
peor de los casos abatiendo o tumbando lo que en psicología clínica llamamos
“la propia identidad”, provocando conflicto en la estructuración de la identidad
en todos sus niveles. ¡Vamos, casi nada ¡en el fundamento del “Yo” humano!
Por otra parte,
y me parece que es la pieza fundamental de este puzzle, encontramos a unos
niños abandonados por sus familias de origen por muchos y diversos motivos (no
siempre justificable) como los embarazos no deseados, por los embarazos
accidentales, por los impedimentos de ley (en el caso de que la regulación
legal de un Estado lo prohíba), por guerras, hambrunas, pobreza, etc. Aquí el
niño es valedor de todos los derechos que dispongamos para protegerle.
Es aquí donde
entendemos la utilidad de la adopción, en el que es un procedimiento
administrativo legal (las más de las veces) que intenta dar respuesta (el
Código Civil es la Ley
que regula la adopción en nuestro país) a todas esta situaciones problemáticas
que hemos resumido someramente en los últimos dos párrafos, y que podríamos
reducir a la inclinación hacia la felicidad que tanto el niño como el hombre
adulto tienden a desear. Estamos
hablando de una necesidad, no de una mera filosofía "to be happy".
Para la
reflexión de este artículo he de agradecer a la asociación Adoptantis y a
Diamond Films que nos invitaron al pre-estreno de la película Lion. Fuimos (mi mujer y yo) en
calidad de espectadores pertenecientes a la Asociación Orientación
y Educación Madrid (también hemos de agradecer a los compañeros de la asociación que estuvieron con nosotros). Después de la película hubo un interesante coloquio que
luego me hizo reflexionar escribiendo estas líneas.
Lo que estamos
diciendo aquí entre líneas es que el niño adoptado puede convertirse en una
opción de segunda, tras el fracaso de los métodos naturales por las que hombre
y mujer optan por descendencia. Esto es algo emocional, un sentimiento muchas
veces inadvertido o inconsciente en el que los padres pueden errar olvidándose
que por ley tanto un hijo biológico como un hijo adoptado tienen los mismos
derechos (y obligaciones). Si cabe más complicación, en el caso de que una
familia tuviese un hijo biológico y otro adoptado o varios adoptados (casos así
se dieron en las estrellas de Hollywood), habría que cuidar especialmente las
rivalidades entre los hermanos (a modo de Caín y Abel) que menoscaban el
bienestar de la familia. Si sabemos que la rivalidad, la competitividad o las
envidias ya ocurren entre los hermanos biológicos, más atentos hemos de estar
en el caso de niños adoptados que tienen todas las de perder.
Otros problemas
internos de la psicología familiar a la hora de proseguir un procedimiento de
adopción es lo que llamamos en psicología
la regla del ser o no ser, del tener o no tener como son los aspectos
del vínculo y del apego, esa ligadura primaria que conlleva la ligazón de la
maternidad biológica, y que en la adopción no se da y que muchas veces este
vínculo exclusivo no ocurrió; por motivos de maltrato, rupturas o maltrato,
etc. También podemos pensar en la oportunidad o la coyuntura que el proceso de
embarazo y parto brinda a los padres, desde sus mecanismos fisiológicos,
emocionales y sociales. También atenderemos, por la otra parte, a la historia
del adoptado, espléndidamente narrada desde el film Lion (¡escrito por el mismo niño adopato!, ya de adulto claro está), donde vemos a un niño
de sólo 5 años pasar por distintas instituciones, ausencias y pérdidas de
vínculos primarios, hambre sed y sueño, terror incertidumbre y desesperanza.
Como habíamos
dicho, al final de este pre-estreno, hubo un coloquio con los profesionales
invitados y los profesionales de la adopción en el que se formuló varias preguntas,
y fueron: ¿Por qué a día de hoy los
niños adoptados aún no se atreven a comunicar a sus padres adoptivos su deseo
de volver a reencontrar y redescubrir sus raíces?, ¿Qué es lo que estamos
haciendo mal? Unos interrogantes a día de hoy que muestran un escenario complicado
para la familia de adopción que con los medios “modernos” que disponemos para esta
tarea no resulta fácil, y que la película lo comunicaba en el devenir de la
narración filmográfica de manera dramática.
Primero
diríamos que hay que prepararse para la adopción. Las familias adoptantes
tienen que hablar con los profesionales “largo y tendido”, entender un poquito
la psicología del ser humano para que el “Deseo” no se convierta en tirano. Detrás
de la adopción ocurren experiencias complejas que las parejas han de entender y
muchas veces profundizar, y todo con el objetivo de conseguir la felicidad de
eso todo familiar. Por tanto tener cierto conocimiento en el desarrollo infantil
(¡sin convertirnos en psicólogos!, claro está). Por aquí podríamos entender lo
importante que es para cualquier persona conocer, entender, como lo es saber
sobre tus orígenes, algo tan básico y de todos los días que si falta genera un
problema muy serio. No estamos ni vivimos en el aire, tenemos raíces y
pertenecemos a un lugar. Tanto es así, que un niño adoptado sano que en su
madurez se pregunta por sus orígenes, querrá encontrar respuestas. Pero un niño
adoptado enfermo, por carencias o privaciones de amor, que llega a su madurez
sin el deseo de saber sobre sus orígenes, está loco. El niño en cuestión
presentaba problemas evolutivos y de conducta con problemas en la alimentación,
en la agresividad o conductas suicidas, con todo no se previeron ni por las
instituciones ni por la familia estas contingencias que posteriormente se
cronificaron a pero, o que se han estructurado en el psiquismo del niño de mala
manera o patológicamente. Esto se ilustra muy bien en la Película Lion, donde el hermano
adoptado (el hermanastro) de Saroo Brierley (Lion) llega
a su mayoría de edad con una enfermedad mental grave. Por tanto, hay que
clarificar mucho, tanto los aspectos del niño en sus carencias y sus déficits,
como también ayudar a esos padres adoptantes en el proceso de incorporación y
aceptación de esa nueva “identidad” a cuidar y proteger.
A día de hoy,
esta “atención primaria”, por decirlo de alguna manera, de información, quejas,
dudas, diálogo y duelos pendientes por hacer, son llevadas acabo por
psicólogos o trabajadores sociales tanto en los centros de adopción como en
consultas privadas. Es un trabajo preventivo muy importante, muchas veces
psicoterapéuticos no sólo informativo, para la cual hemos de velar por una
apropiada motivación de los adoptantes, valorar las ideas y expectativas cuanto
más realistas mejor, las atribuciones negativas, los pensamientos sesgados, una
adecuada red de apoyo social.
Estos procesos que hemos llamado de “trabajo
preventivo” han de cumplirse intachablemente sin dejar al libre albedrío
familiar, o a la liberal mentalidad
innovadora que cada familia suponga tener, ni por la actualidad de sus ideas, ni por la practicidad de sus creencias o porque opinan que son de otra manera de ser y que por ello puedan
moverse solos…; siendo para nosotros una forma solapada y muy encubierta de
racionalizaciones subjetivas de cada familia. Es importante que hagamos
entender a éste grupo familiar “autosuficiente” a acomodarse lo mejor posible a
estas demandas de la realidad en esta área de intervención, por ejemplo, entendiendo suficientemente bien los traumas a lo que se expusieron estos niños antes de la adopción.
Si esto forma parte de una ideología grupal, nuestra área de intervención se complica. Por ello es importante que hagamos entender a las familias el estilo educativo que mejor convenga. Tradicionalmente se han identificado cuatro modelos distintos, pero sólo uno funciona creando la base de una vida familiar efectiva en el amor y en el crecimiento.
Si esto forma parte de una ideología grupal, nuestra área de intervención se complica. Por ello es importante que hagamos entender a las familias el estilo educativo que mejor convenga. Tradicionalmente se han identificado cuatro modelos distintos, pero sólo uno funciona creando la base de una vida familiar efectiva en el amor y en el crecimiento.
Hay que
unificar criterios, unificar las respuestas, de cómo y cuándo explicar lo más
explícitamente posible la adopción del niño, como si fuera una asignatura del
colegio o del instituto. No hay que silenciarlo, callarlo o avergonzarlo, mucho
nos jugamos con estas auto-suficiencias. Éstas son áreas problemáticas a
identificar, y como atrapados en un espejo desde una imagen especular familiar,
las familias y los niños adoptados se desnaturalizan por el cuello de botella
que crean ansiedades y angustias no habladas, ya que los niños pasarán a ser
mayores, y si en este momento no adquieren un sentido estable y seguro de sí
mismos, los problemas se incrementarán, y la orientación del deseo puede
depravarse hacia una orientación antisocial. Y esto solamente manejando
adecuadamente una variable, la de la adopción. Posteriormente o a la par
aparecerán otros interrogantes biológicos, mentales o espirituales que cada
niño responderá con los recursos de que disponga. Niño biológico o niño
adoptado tienen un patrimonio común como es su humanidad, la aceptación social,
y el deseo de familia.
Por otra parte,
no queremos olvidar otro aspecto importante del proceso de adopción, que como
hemos dicho y explicitado en este artículo: es un proceso de acompañamiento,
pero que por otra parte hemos de tener en cuenta el proceso inverso como la
renuncia a tener hijos. Por que hay que poner un punto final, o porque tener
hijos es perder calidad de vida, porque los aspectos de la maternidad o de la
paternidad no son tan estimulantes como se imaginaban, todo lo contrario, se
supone un cambio muy importante y que muchas veces con el paso del tiempo no
mejora, por exceso de responsabilidad, culpa o incertidumbre por el futuro.
David Norberto Gascón Razé
Psicólogo en Madrid
Teléfono: 636 554 562
E-Mail: dnd.gascon@cop.es
Página Web: http://www.psicologaenmadridarganzuela.com
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